5 de marzo de 2024

RESUMEN | La Señora Pinkerton ha desaparecido - Sergio Aguirre

 La Señora Pinkerton ha desaparecido

Acá te dejo un resumen que hice yo, espero que te sirva!

Biografía del autor SERGIO AGUIRRE (click ACÁ)
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Una anciana siente su vida amenazada por una joven y hermosa mujer que acaba de mudarse a su vecindario y de quien asegura que es una verdadera bruja. Exaltada por sus terrores, la señora Pinkerton se desahoga con Edmund, su hijo. Impaciente y escéptico, Edmund escucha a su madre, imaginando que ha perdido la razón. En medio de una tormenta, Edmund sale a buscar a su hija y, al llegar a la casa de la anciana, descubren un hecho siniestro e inquietante. 




A continuación el resumen del libro hecho por mí :)

Capítulo 1 
Edmund visita a su madre, La Sra Pinkerton y ella le dice que su vecina es una bruja verdadera. La Srita Larden se acaba de mudar al lado de su casa, en los suburbios de Oxford, y la anciana, que siempre ha sido una señora con sentido común, insiste que no está loca, pero que sabe con certeza que la vecina es una bruja porque la ha conocido antes, sabe quién es y lo que ha hecho. 

 Capítulo 2 
La anciana insiste con que su vecina es un demonio y agrega que está asustada porque le dijo que iban a ser muy buenas amigas. Edmund recuerda haberla cruzado una vez, y que le pareció una mujer sofisticada, atractiva y aparentemente importante. Su madre le pide que la ayude a salir de esa casa y el hijo se preocupa por ella. La Sra Pinkerton pone el oído en la pared que comparte con la srita Larden y le dice a Edmund que escucha que está tramando algo del otro lado. Él repara por primera vez que su madre ha bajado de la pared uno de los cuadros pintados por ella misma que decoran la casa. Ella le implora que haga algo y él, perdiendo la paciencia, le pide que se siente nuevamente; que se tranquilice y le cuente exactamente qué pasó con esa mujer. 

 Capítulo 3 
La Sra Pinkerton le cuenta a su hijo que el día anterior, cuando volvía de la farmacia vio a una nueva mujer en la casa, y que si bien no le gusta hablar con los vecinos, fue inevitable tener que saludarla. Ni bien la mujer volteó, vio algo familiar y extraño en su rostro. Cuando se presentó como “la Srita Larden”, ella reconoció el nombre pero no sabía de dónde. La anciana le dice a su hijo que no puede explicar por qué pero que aceptó la invitación de su vecina a tomar el té, donde ambas charlaron como viejas amigas. Edmund realmente no lo puede creer, su madre nunca se lleva bien con nadie. También le cuenta que la Srta Larden le preguntó si le molestaba que fumase, y ella le dijo que no le molestaba en absoluto, cuando en realidad odia ese hábito y a los fumadores. Su hijo escuchaba sorprendido porque conoce bien a su madre. Cuando la vecina tomó un cigarrillo, también utilizó una boquilla de plata y cuando la anciana vio el movimiento de sus manos, la reconoció. Asustada, retrocedió despacio y se despidió de ella con la excusa de que su hijo llegaría pronto. La vecina finalmente le dijo que creía que ambas iban a ser buenas amigas. Edmund está asustado por su madre, cree que está mal de la cabeza por como llora desconsoladamente. Le dice que no entiende por qué es tan terrible que la vecina quiera ser su amiga. La anciana le dice que esa es la manera en que marca a sus víctimas, y que seguro ya no tiene mucho tiempo. Edmund no entiende y su madre le dice que eso es lo que pasó en ese hotel aquel verano… El verano en que la srta Larden hizo desaparecer a Lucy Grey. 

 Capítulo 4 
La anciana le cuenta a Edmund que al poco tiempo de haberse casado con su padre, decidieron ir a Dorset, a un hotel frente al mar. Allí conoció a Lucy Grey, una viuda que se destacaba por su vestuario. Se hicieron amigas rápidamente ya que era una persona divertida y siempre obsesionada por la moda, hasta cambiaba su vestimenta varias veces al día. Un día ambas se encontraban en la terraza y dos señoras “escalofriantemente vestidas” según Lucy, pasaron cerca. Ella no dudó en criticarlas y ambas escucharon. Una tarde, cuando la Sra Pinkerton regresó de un paseo con su marido, se cruzaron con Lucy quien le dijo que necesitaba decirle algo. Se encontraron más tarde en la terraza donde ella, muy ansiosa le dijo que sospechaba que en ese hotel había una bruja. 

 Capítulo 5 
Edmund trata de comprender a su madre pero se preocupa porque en una hora tiene que ir a buscar a su hija Alice al colegio y hay una gran tormenta. La Sra Pinkerton sigue con su relato: Al principio creyó que Lucy le hacía una broma, pero su amiga le contó lo que le había sucedido. Ella estaba en el vestíbulo del hotel y vio a una mujer que le llamó la atención. Era alta, elegantísima, de piel muy blanca y unos cabellos negros y ondulados que le llegaban a la espalda. La saludó con un “Hola querida” y sus ojos la impresionaron. No sabía explicar por qué pero no se pudo sacar a la mujer de la cabeza en toda la tarde, no podía pensar en otra cosa. Lucy le cuenta que su tía le había dicho que algunas mujeres tenían el don de reconocer brujas de Metsküla, una raza de brujas; pero que era peligroso, ya que cuando las mirabas a los ojos, las brujas ya sabían que habían sido reconocidas y les tomaba poco tiempo hacerte desaparecer. Lucy agrega que averiguó el nombre de la bruja, que se llamaba Elizabeth Larden y que era una empresaria muy importante, dueña de una empresa de cosméticos. También le dice a la joven Sra Pinkerton que sabe cómo descubrir si en realidad Larden es una bruja o no. Las brujas odian el color amarillo y ella planea ponerle un pañuelo de ese color en el cuello, para ver cómo reacciona. La Sra Pinkerton se lamenta y dice que debería haber detenido a su amiga. 

 Capítulo 6 
El gato de la anciana se sube a su regazo y ella continúa su relato: Luego de su conversación con Lucy, ambas fueron al comedor y vieron a la Sra Larden. La encina dice que pudo confirmar lo bella y especial que era, pero que por las dudas no la miró a los ojos. Agrega que aunque no creía en brujas, sintió la necesidad de mantenerse alejada de ella. Edmund escucha el relato, pero disimuladamente mira el reloj. Al otro día, la joven Sra Pinkerton y su marido fueron a una excursión por la mañana. Ella estaba tentada de contarle todo el asunto de las brujas, pero no lo hizo para no quedar como una loca. Cuando regresó al hotel, buscó a su amiga para ver cómo le había ido con el asunto del pañuelo amarillo. Encontró a Lucy en el comedor y notó que algo en ella había cambiado. Increíblemente, todavía estaba con la misma vestimenta que a la mañana, lo que le llamó muchísimo la atención. Le preguntó qué había sucedido con la Srita Larden y Lucy le contestó que eso había sido muy extraño. 

 Capítulo 7 
Edmund no puede creer que esa Srita Larden de hace 50 años sea la misma Srta Larden de la casa de al lado que aparenta tener 25, 30 años. Mira su reloj, y como todavía tiene tiempo, le dice a su madre que continúe su relato. Le cuenta que esa mañana, Lucy había estado con el pañuelo amarillo en su bolso esperando el momento de tirarselo al cuello a la supuesta bruja. La había encontrado en la terraza, observando el mar y se había acercado a ella sigilosamente para no ser descubierta. Para su sorpresa ni bien dejó caer el pañuelo, la Srta Larden giró hacia un costado y dobló su cuerpo de una manera extraña e imposible para evitar el pañuelo que finalmente cayó al suelo. Lucy había disimulado diciéndole que había pensado que el pañuelo era suyo y se retiró rápidamente a su habitación. En el camino, comenzó a sentirse desorientada, y también presentía que no estaba sola aunque no había nadie a su alrededor. Cuando llegó a su habitación, no sabía cómo, pero la supuesta bruja estaba a su lado y su malestar terminó de golpe. La Srita Larden le había dicho que se alojaba en el cuarto contiguo y la invitó a tomar un té y a charlar. Durante el encuentro Lucy se sintió muy a gusto y le contó todo sobre ella. Cuando se despidieron le dijo “¿Sabe, Sra Grey? Usted y yo vamos a ser muy buenas amigas”. La joven Sra Pinkerton intentó distraerla hablándole de sus pinturas pero notaba que su amiga no era la misma que siempre. Le intenta explicar a Edmund que su amiga ya había sido hechizada y que lo mismo le ha pasado a ella esa mañana. Su hijo tarta de tranquilizarla pero ella le implora que la saque de esa casa porque no quiere terminar como su amiga. 

 Capítulo 8 
Afuera sigue lloviendo torrencialmente y Edmund logra calmar a su madre diciéndole que la llevará a su casa hasta que todo esto haya pasado. Piensa en que debe contactar al doctor Sterling, quien la atiende para consultarle qué hacer en estos casos. También le pide a su madre que no mencione nada de este asunto a su hija Alice, de 9 años, porque eno la quiere asustar. La tormenta oscurece la tarde y Edmund decide prender las luces de la sala y le llama la atención que el pasillo siga oscuro. A la Sra Pinkerton le parece extraño que su gato no regrese del cuarto, pero cree que es porque Edmund no le cae muy bien. Él le pregunta qué pasó al final con la Sra Grey. Al día siguiente Lucy no bajó a desayunar, recién bajó pasado el mediodía y se la veía muy demacrada. Dijo que había pasado una noche terrible, ya que había soñado con su tía que le decía “te lo advertí, pequeña”. Se había despertado sobresaltada y a medida que se despertaba y observaba su habitación, había notado que la luz no alcanzaba uno de los rincones. También había escuchado un ruido extraño, como si algo se arrastrara en la pared del cuarto vecino. El cuarto estaba frío y sentía como que algo se arrastraba dentro. Se había acurrucado en la cama y comenzado a rezar hasta dormirse. La Sra Pinkerton frena su relato porque escucha algo pero Edmund le dice que es solo la tormenta. Sigue su relato y le cuenta a su hijo que Lucy estaba muy preocupada porque no sabía qué le estaba pasando. Su amiga la convenció de que el tema de la bruja la había sugestionado y que debía descansar. Antes de irse a su cuarto nuevamente, le dijo que se verían en la cena. Jamás se volvieron a ver. 

 Capítulo 9 
La Sra Pinkerton tiene frío pero no quiere encender la chimenea porque ya se irán pronto de la casa. Prosiguió con su historia: Esa noche Lucy no había bajado a cenar con el matrimonio y la Sra Pinkerton se había preocupado. La llamó a su habitación desde el vestíbulo del hotel y encontró sus respuestas muy extrañas. Después de que se cortara la comunicación ella decide ir a ver su amiga, pero sirven la comida y su esposo le pide que coma primero, que unos minutos no van a hacer mucha diferencia. Después de cenar, intentó llamar nuevamente desde el vestíbulo pero esta vez nadie contestaba. Preocupada, corrió hacia la habitación de su amiga pero nadie le abrió la puerta. Su esposo y el conserje del hotel estaban preocupados por su comportamiento y fueron detrás de ella. El conserje notó entonces que la puerta estaba cerrada desde adentro, pero pudo abrirla igualmente. La habitación estaba completamente vacía, nadie sabía cómo Lucy podría haber desaparecido. La joven Sra Pinkerton sólo encontró en la cama un vestido que le había visto antes a su amiga, salvo que ahora tenía dos botones azules cerca del escote que no había notado nunca antes. 

 Capítulo 10 
Edmund escucha a su madre: dice que buscaron a Lucy por todos lados pero no encontraron ningún rastro de ella. La policía interrogó a todos los que estuvieron con ella, incluyendo a la Srita Larden, que al día siguiente se fue del hotel. La policía tenía dos hipótesis: la primera, que Lucy era una simuladora, una mentirosa que huía de algo. La segunda, que era una mujer desequilibrada que aparecería en algún momento diciendo que no tenía memoria o que era otra persona. El Sr Pinkerton aceptaba la segunda, y le dijo a su mujer que a él siempre le pareció que Lucy tenía un comportamiento extravagante. A la Sra Pinkerton no le quedó otra opción que ser razonable y aceptar esa realidad: nadie desaparece y las brujas no existen. Ahora la Sra Pinkerton está desesperada porque sabe que todo lo que le habrá dicho su amiga, es cierto. En eso, se escucha un gran trueno que hace que se corte la luz. Edmund le dice a su madre que se tranquilice ya que la electricidad volverá enseguida, pero ella no le contesta. 

 Capítulo 11 
Edmund llama nuevamente a su madre que le responde que está en la sala, donde se escucha un ruido fuerte. Cuando vuelve la luz, la Sra Pinkerton esta contra la pared con los ojos muy abiertos, con miedo, pero ambos ven que el ruido fueron unos lienzos que se cayeron. Edmund intenta llamar al colegio de Alice para avisar que se demorará pero le da ocupado. Decide apurar a su madre y le dice que se abrigue porque afuera sigue la tormenta. Ella se niega a dejar la casa sin su gato Picasso, que no aparece. Su hijo se da cuenta de que está convencida de que va a desaparecer pero decide usar el sentido comú
n que le dice “nadie desaparece en el aire”. Como tiene poco tiempo, le pide a su madre que prepare un bolso con su ropa, ecuestre a Picasso y que en unos momentos volverá a buscarla con Alice. Ella acepta y le pide que se de prisa. 

 Capítulo 12 
Edmund sale de la casa de su madre muy preocupado. Sabe que algo malo sucede en la cabeza de su madre y cuestiona sus acciones como hijo ¿era porque se sentía sola?¿él no la había cuidado lo suficiente? Intenta nuevamente llamar al colegio pero el tono sigue ocupado. Ese día Alice nota tres cosas extrañas en el comportamiento de su padre: primero, el nunca llegaba tarde a buscarla. Segundo, la expresión de su rostro no era la de siempre, lo nota preocupado. Ella sabe que los miércoles va a visitar a su abuela y le pregunta por ella. En ese momento suena el teléfono, es Patricia, su mujer. Él le avisa que esa su mamá pasará la noche en su casa y que le explicará luego las razones. Patricia insiste en que le cuente y Edmund le pide a su hija Alice que se ponga auriculares porque necesita hablar en privado. Esa es la tercera cosa extraña que nota la niña, su padre nunca le había pedido eso antes. Ella se los pone y baja el volumen para poder escuchar la conversación. Su padre le cuenta a su madre toda la historia de las brujas y expresa su preocupación. Luego, llama al Dr Sterling, le cuenta lo que le dijo su madre y al doctor se sorprende porque estas perturbaciones no aparecen de un día para otro. La comunicación se corta porque Edmund pierde la señal y luego se topa con un embotellamiento. 

 Capítulo 13 
La lluvia cae fuertemente en Abington Road, donde Edmund y Alice se encuentran detenidos hace 20 minutos. La pequeña ha escuchado las conversaciones de su papá y se pregunta qué pasa con su abuela y si está enferma. Sabe que su abuela siempre ha sido odiosa pero no es ninguna tonta. Saca su tablet y logra conectarse. Edmund llama a su madre y le dice que pronto estarán allí, pero ella no dice nada. Edmund insiste y le repite que pronto llegarán pero ella grita “sácame de aquí”. El hijo pregunta varias veces que le pasa pero ella no responde, finalmente dice “¿Nunca dejará de llover en Cornwall?” y después de ruido de estática, se corta la comunicación. Alice googlea “bruja amiga desaparecer” 

 Capítulo 14 
El primer sitio que Alice visita es witchpedia.com donde lee un artículo sobre ‘La Bruja Metsküla’ que dice que este tipo de brujas provienen de Metsküla, Lituania. Se caracterizan por su hermosura y por eso son odiados por el resto de las brujas. Llegan a tener 200 años y sólo envejecen antes de morir. Pueden ser destruídas muy fácilmente si entran en contacto con una prenda amarilla. Su principal rasgo es su vanidad, se consideran superiores a otras brujas, y necesitan ser admiradas siempre. La mayor amenaza para este tipo de brujas son las mujeres muy orgullosas, son sus peores enemigas y las hacen desaparecer en su propio orgullo. El hechizo es ejecutado en tres pasos: encantamiento, hechizo y transformación. Encantamiento: cuando la bruja sospecha que ha sido descubierta, la bruja atrae y encanta a su víctima para enterarse por qué es tan orgullosa. Hechizo: Es un hechizo de palabra, usualmente una frase amable y afectuosa. Es común que la víctima se sienta mal o sufra cambios de humor. Esta etapa puede durar hasta dos días. La bruja elige en qué objeto convertirá a su víctima, debe ser algo de lo que la víctima se sienta orgullosa. Transformación: La bruja espera a que su víctima esté sola para transformarla. El proceso demora varios pavorosos minutos ya que ella nota en qué se está convirtiendo. Edmund y Alice finalmente llegan a la casa de la Sra Pinkerton. 

Capítulo 15 
Cuando llegan a lo de la Sra Pinkerton, ya ha dejado de llover. Edmund golpea la puerta pero nadie atiende y decide usar sus llaves. Extrañado porque pensaba encontrar a su madre lista, la llama, pero nadie responde. Alice hace que va al baño pero de mientras husmea la casa y duda en contarle a su padre lo que leyó en internet, porque él sabría que estuvo escuchando sus conversaciones. En la cocina encuentra una taza de té y el agua todavía tibia. También encuentra a Picasso, quien no se deja agarrar y se esconde como si tuviera miedo. Alice nunca ha visto a su padre así tan desconcertado y nuevamente se pregunta si debería decirle lo que leyó acerca de las brujas. Finalmente el gato sale de abajo del armario donde la Sra Pinkerton guarda sus herramientas para pintar y Alice le pregunta “¿dónde está la abuela?”. Edmund cree que le pregunta a él y con la voz quebrada le dice que tal vez la abuela salió un momento. Alice nota el cuadro en el piso y le pregunta a su papá por él. Cuando le dice que la abuela lo había bajado el día anterior, ella piensa en lo que leyó en internet: era un objeto que su abuela había tocado. Lee el título en voz alta, “Tormenta en Cornwall” y eso llama la atención de su padre. “¿Nunca dejará de llover en Cornwall?” le había dicho la Sra Pinkerton la última vez que hablaron. Edmund conocía ese cuadro desde que era un niño y lo observa con cuidado. Allí en medio de la tormenta, puede ver una figura que antes no estaba. Una figura humana, una mujer. Se pone los antojos y reconoce el pelo blanco, el viejo salto de cama y la misma expresión desesperada que había visto esa tarde: era su madre… sola en esa tormenta, en ese cuadro; con un grito que no terminará jamás: “Oh, Edmund, sácame de aquí”.

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